Educación

15 trucos para enseñar a leer a los niños

Trucos para que los niños puedan aprender a leer de manera fácil. Descubre pequeños trucos que puedes aplicar en casa para estimular la lectura en los niños.

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Descubre trucos para que los niños puedan aprender a leer de forma fácil
Blanca Espada

¿Cómo enseñar a leer a los niños? o ¿Cómo reforzar el trabajo que ya hacen en la escuela cuando empiezan a leer? Lo cierto es que puede que a algunos niños les cueste más que a otros aprender a leer, de modo que desde casa podemos ayudarles con varios trucos que además de sencillos de aplicar, son muy efectivos.

La alfabetización de los niños

Lo primero de todo, es entender que aprender a leer no es algo que todos los niños vayan a conseguir con la misma facilidad. La alfabetización de los niños es un proceso largo y para que se desarrolle de una manera sana y productiva, se deben tener en cuenta varios puntos. Es esencial asegurarse de que esta época de la vida tenga las condiciones adecuadas para la absorción del conocimiento, tanto desde el punto de vista conductual como técnico.

Uno de los puntos principales es que obligar al niño a hacer algo, como forzar la lectura, no es beneficioso, ya que con el tiempo, estas actividades «forzadas» se asociarán con castigos, aumentando el desinterés del niño.

De este modo, entre las primeras cosas a las que debemos recurrir para estimular la lectura infantil es algo tan sencillo como dar ejemplo. Si el niño ve que sus padres leen a diario, ellos mismos sentirán la curiosidad por aprender a leer.

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15 trucos para enseñar a leer a los niños

Además de darles ejemplo y seguir cualquier indicación que se de desde la escuela, existen varios trucos que nos servirán para que a los niños no les cueste tanto aprender a leer. Son estos:

  1. ¡Juega, juega, juega! Experimentar objetos, texturas, etc.. y en definitiva jugar de la manera más diversa posible es una garantía de que el niño quiera seguir más allá del juego hasta que llegue. a conceptos cada vez más abstractos y complejos. Si juega a diario a juegos de mesa por ejemplo, o a construir cosas es posible que tenga la inquietud de querer leer por sí mismo que pone en la caja o en las instrucciones.
  2. Lee en voz alta a tu hijo todos los días. Desde el nacimiento Incluso en los primeros meses, cuando no entenderá nada de lo que está escuchando, sigue leyendo; Cuanto más diferentes suenen las palabras, mejor. La idea es que se familiarice con el sonido de tu voz y se acostumbre a ver y tocar libros.
  3. Para empezar, usa libros de dibujos y, preferiblemente, texto o pocas palabras. Señala los colores y las figuras y pronuncia sus nombres sin esperar a que el niño repita. Los juguetes juegan un papel muy importante aquí, especialmente desde el momento en que el niño comienza a jugar el juego simbólico o simulado (entre los 2 y 3 años).
  4. Cuenta historias. Anima a tu hijo a hablar sobre la historia que acaba de escuchar (y posiblemente haga preguntas). Pregúntale si puede adivinar qué sucederá después con los personajes mientras cuenta la historia. Señala las cosas en el libro que el niño pueda asociar con su día a día. «Mira este dibujo del avión. ¿Recuerdas el avión que vimos el otro día?»
  5. Fomenta la «lectura simulada» escuchando historias que tu hijo quiera compartir contigo, sin importar cuán tontas, cortas o fuera de contexto puedan parecer. Resiste el impulso de corregir. Esto significa que a veces los padres leerán la historia y a veces será el niño. En estos, el niño dará sentido a las letras; Aunque este no es el significado / valor real, es una aproximación simbólica que ayuda a crear rutinas y mapas mentales.
  6. Haz los libros accesibles. Asegúrate de que tu hijo tenga acceso a libros para hojear, imaginar e inventar.
  7. Deja que tu hijo juegue con las letras. Recorta junto a él revistas y periódicos viejos, dibuja, use juguetes … ¡todo es válido, sin pensar en «LEER» o incluso repetir las letras hasta el cansancio! Deja que el niño explore libremente; cuando llegue el momento, querrá saber qué significan esas letras y al menos el 75% del camino de aprendizaje se logrará.
  8. Permite que el niño escriba incluso si todavía no sabe cómo escribir. Para hacer esto, deja papel y lápiz a su disposición. Si garabatea algo y te muestra que escribió, pregunta qué ha escrito. Luego escribe lo que te dice justo debajo de sus representaciones. Controla la necesidad de comentar o explicar que no es así como lo escribes.
  9. Aprovecha cada oportunidad para escribir el nombre del niño. Hay muchos educadores que afirman que el nombre propio es como el primer alfabeto del niño. Es a través de este que tendrá un contacto más consistente con un conjunto restringido de letras, en un cierto orden y, con el tiempo, lo reconocerá en otras palabras: por ejemplo, el niño reconocerá su nombre en la mochila de su amigo con el mismo nombre; o Mariana reconocerá las letras M, A y R de la palabra en el libro «La niña del mar». Esto es importante para ella ya que le estimulará aprender a leer más y más palabras que tengan el mismo comienzo y arriesgarse a leer.
  10. Dirige la atención de tu hijo a las palabras que aparecen en las etiquetas de los productos (a partir de los 4/5 años). Mostrando un paquete de leche, díle al niño: «Mira, aquí está escrito LECHE», señalando la palabra. Hacerlo mostrará que los signos que ve en todas partes tienen sentido. También anímalo a arriesgarse a leer. Esto es lo que los profesionales de la educación llaman lectura sin saber leer.
  11. Compra o crea un diccionario ilustrado. Comienza a desarrollar el hábito de buscar palabras diciéndole frases como: «¿Vamos a averiguar qué significa esto?»
  12. Visita la biblioteca con frecuencia. Crea una rutina de biblioteca o librería desde el principio.
  13. Juega con rimas. Ayudan a adquirir conciencia fonética y a reconocer letras, así como a enseñar las palabras básicas.
  14. Ayúdate con la tablet o el ordenador. Los dispositivos no solo te van a servir para buscar vídeos o que el niño juegue, también pueden ser una solución para atraer la atención del niño frente a la lectura, con aplicaciones, juegos o libros electrónicos.
  15. Que te vean leer. Por último, lo que ya te señalamos anteriormente. Puedes ser un auténtico ejemplo para tus hijos, de modo que lee tú mismo y verás como siguen tus pasos.

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